En 1974, Mikel Lejarza fue reclutado por el servicio secreto español para infiltrarse en ETA bajo el alias de El Lobo. En 2019, bajo otro nombre, sigue trabajando para el CNI. Después de permanecer en silencio durante todo este tiempo, ha decidido contar en primera persona sus memorias duras y sinceras, así como sus éxitos, fracasos y todos los momentos difíciles de los que no se siente satisfecho, en el libro Yo confeso. Esta narración además cuenta con la opinión de Mamen, su esposa, confidente y compañera de las misiones, ofreciendo una perspectiva única de los eventos con los que han estado relacionados. Dicha obra ya ha recibido diversos elogios por parte de periodistas, escritores y activistas, recalcando su emotividad, rigor y ritmo y su contribución a la memoria de la historia más reciente de España.
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